miércoles, 17 de febrero de 2010

Sexo: ¿Con o sin amor?

Camino al trabajo, ¿quién no transita cerca de hoteles/moteles? Podemos observar desde el Fiesta In, el Holly Day –normalito – y el Express hasta el Impala o el Sena o el Ermita y cuantos vengan a su cabecita, claro también depende del rumbo y la economía.

¿Por qué he comenzado este post así? Vaya esto sí guarda relación con el titulo, pero sucede que más bien recordé (mientras iba camino a la Roma y mientras el pecero pasaba frente a un hotelillo de esos ‘entrada por salida’) la declaración de –lo llamaremos– Niño Físico (NF) durante una conversación sobre sexo vs. amor. Literalmente dijo: YO NO TENGO SEXO SIN AMOR.

Sí, así lo dijo NF, hombrecito idealista de 25 años que me ha dejado boquiabierta –en aquel momento, nada más– y con ojos de plato. Sorprendida e incrédula. Pensé: ¡qué bien, ya no los hay como tú!

Después en otras muchísimas pláticas dijo que él nunca ha entrado a un motel. Evidentemente la curiosidad y por qué no, el morbo me orilló a preguntar:

–¡¡¡¿Entonces dónde lo has hecho?!!!
–Pues en mi casa o en casa de ella.

Seguí sin creerlo y luego salió con la cursilada de “cuando entre con una mujer a un hotel sólo será de vacaciones y obvio ella será mi esposa”. Sin embargo, ahí ya había echado abajo aquella declaración de que él no sexea si no ama, ¿qué cómo lo sé? Pues…así sucede cuando pasan las cosas y concluí “hombre al fin y al cabo”.

Tan típico de ellos. Si algún hombre llega a este espacio, please, díganos por qué les gusta:

a) disfrazar su sentir/pensar de bonito/lindo cuando imploran –como ser humano normal – estar con una mujer.
b) proponer sexo, llevarlo a cabo y luego arrepentirse y luego decir “bueno sí, pero no, pero tan amigos como siempre”.

Me queda o nos queda claro que en cualquiera de estas opciones, la práctica resulta y se hace sin amor, aunque por supuesto existe atracción o una cuestión física-extraña por ahí. No nos lanzamos así y ¡zas!

Tan simple, tan sencillo: porque ellos tienen ganas y si nosotras estamos de acuerdo, sucede, se disfruta y ya.

En cambio, si nosotras nos clavamos después aun bajo advertencia de que era sexo y nada más, ¿qué piensan ellos? ¿que la regaron y les entra el arrepentimiento? Y ¿por qué les da cruda moral si estaban ansiosos y lo pidieron?

Por el contrario si una los mira como lo que significaron/fueron en ese momento o aquella noche (sin o luego de unas copas), ¿por qué las/nos miran raro y de 'aventurera' o lo que le sigue nos califican? Si la vida va para ellos así como si nada, ¿qué, habría de ir igual para ellas?

Pienso que el sexo sin amor es válido cuando ambos están de acuerdo e indudablemente, resulta mejor cuando es con amor y con alguien a quien amas porque (perdonen las rebusnancia) –he de citar aquí lo que un hombre (a quien no conozco) escribió y me compartieron entonces resulta : […] una restauración de la vida de cada uno.

¿Quién no quiero esa restauración?

Aunque a falta de amor y a sobra de un amigo(a) dispuesto a satisfacer la necesidad… Neurólogos franceses afirman que incluso en combinación, el amor y el sexo no dejan de ser dos entes diferentes (tomado de Las travesuras de Cúpido, una serie-documental, jejeje)

jueves, 11 de febrero de 2010

26

Tengo una creencia –boba para algunos, pero al menos compartida con mi hermana y mi mejor amiga de la universidad-: Mi año nuevo inicia cada 11 de febrero.

Sí, hoy. No cuando intento pasar 12 uvas a través de mi garganta en menos de uno o dos minutos y apenas voy disfrutando del pavo.

Hace ocho años veía tan, pero tan lejos los 25. En alguna ocasión una gran persona me dijo “después de los 25, mi niña, la vida se te va como el agua”; yo casi bostecé y para mis adentros recité “aaay, si me falta un montón”.

Pero hoy… Hoy los he dejado atrás. Súmenle uno más: 26.

No sé qué tan bien o mal vividos –y no me gusta ser subjetiva–, sólo sé que son 26 y que a veces parezco bote sin rumbo, con horizonte pero sin rumbo fijo. En ciertos aspectos/contextos sé qué quiero, cómo puedo llegar y me lo propongo y lo cumplo; sin embargo, en otros ni siquiera me comprendo.

Entonces, como echando a perder se aprende, pues me hago pedacitos y después a rearmar(me)la vida.

¿Valdrá la pena un recuento de lo que se va o se ha ido y de lo que no, de las oportunidades y los reencuentros?

Siempre…

Aunque el orden no es en este instante mi prioridad, here we go:

- Bajé de peso (siete kilos). Sí, ustedes lo leyeron, otros lo notaron. Es que como dice mi amigo Conejitocisne: “A los gordos nadie, nadie los quiere”. Claro, no baje pa’que me quisieran, sino porque ya no me gustaba cómo me veía.


- Conseguí trabajo y todo fue rápido y es totalmente diferente a lo que hacía. Relacionado con las letras, puntos, comas, acentos por supuesto. En menos de una semana y justo cuando mi madre me notó angustiadísima y casi casi me sentenció ‘¡o consigues o a dar clases!’ –esto es harina de otro costal–. Aún recuerdo cuando la Srita. Luna Nueva dijo “amiga, este trabajo era para ti. Si todo se dio tan rápido, es porque eras tú”.


- Terminé con una ‘amistad’. Obvio no le dije ‘córtalas, estúpida’, aunque ganas no me faltaron y por este suceso valoro todavía más lo que hago: escribir. No iba a ser cómplice de un fusilamiento. Sentí tanta decepción que lloré, me tomó el pelo y con su cinismo dicharachero primero fue un “relájate, mi reina, si esto no es uno de esos artículos que escribes para tus revistas” y luego muy indignada la señora salió con “me botaste el trabajo, qué decepción”.


- Experimenté y corté mi cabello tanto como pude en menos de medio año, ja. No obstante -espero– que este año sea el del cabello largo, pongan changuitos.


- He ahorrado, ahíííí la llevo y con cuantos objetos de deseo tengo, esto es bueno.


- Tengo una gran, grandioso amigo: M. Con quien existe un proyecto de vida para estos 26. Aclaro: no por la edad tampoco me casaré con él ni tendremos hijos en pacto a falta de prospectos y prospectas. Es la amistad y complicidad, el estar no únicamente para cuando nos necesitamos, también es “buenos días” o “que tengas una buena semana” o “¿cómo va tu día?” o “¿qué hiciste el fin de semana”. M parece mi papá, mi hermano mayor. Le reclamo mis pendejadas y responde con tanta naturalidad: “Karina, es algo que tenías que vivir. Yo sabía que iba a pasar y aunque te hubiera dicho que no lo hicieras, no me haces caso…”. Soy peor que novia, definitivo. Soy su amiga La Dramas.

Y de los hechos no tan positivos:

- La tesis/titulación sigue empolvada. El tema es interesante, pero al día no le sobran horas ( pretextos, pretextos, lo so)y con mi horario oficinil ni para entrevistar.


- Reencontrar a Sujeto de Ojos bonitos. Pensar en romancear con él. Me afiguré todo cursi y lindo con Pablo el conejo y su Princesa de cabello color miel. Ahora la cosa parecía diferente. Sin embargo dijo tres frases. Todo: no eres la mujer de mi vida, no eres con quien quiero compartir los próximos años y no eres con quien quiero pasar el resto de mi vida. Me las clavé tanto como pude y entre trabajo, pedas –psss sí, uno que otro vodkita-, compañeritos, y un amigo solo, me dije –literal: “no quieres a M, sólo es un capricho, pero no lo quieres. Sufres por lo que no tienes con él bla bla bla” y sentí un cansancio inexplicable también llamado hastío.

Y así el hastío y las múltiples responsabilidades de la Srita. Correctora y nuevas personas que han llegado, Sujeto… poco a poco se va, lo quiero sí. Indudablemente es un parteaguas y podría esperar, pero ya no tengo fuerza,‘sólo por hoy no’ya no la tengo. Me da miedo, porque si hay algo peor que sentirme vacía, sola, piltrafa a pesar de tener todos los elementos para ESTAR BIEN, no quiero conocer eso.

- Miré a quien no debí. La misma gata, pero revolcada. No me quedé ciega ni me salieron ronchas por… Sentí cosas lindas (eso fue bueno, hacía tantísimo que no sentía emoción de quinceañera), mas una no entiende y ahí fui con todo que ni las manos metí. Pudimos estar en la misma sintonía. Simplemente no es para mí. Él quiere conservar mi amistad (aunque nomás sea para hablar de su pinche perro Toby, jajajaja. No miento, exagero un poquitín) dice y la verdad, no quiero ser ‘la mejor amiga’ cuando puedo ser protagonista, no de esta historia indeed.


A estos 26 los recibe una Karina guapa (quien opine lo contrario, pues dígalo), que trabaja, que es la tía más malcriadora, olvidadiza, medio mal amiga, gran amante, que con todo y que se siente personaje clavada, obsesiva, perdida de novela japonesa, también está intentando exorcizar demonios, ser aquí y ahora. Sola. Reconociendo, desapegándose, aceptando y olvidando.

viernes, 5 de febrero de 2010

INTERMEDIO

¡Créele a tus sueños!

Sí. Cree en los sueños, porque aunque no son pitonisas, bolas mágicas, adivinas, el tarot, ni los caracoles de la suerte, al menos prevén. Yo no les creí, los ignoré porque esas imágenes –absurdamente creí– no formarían parte de mi vida real.

Tampoco se trata de comprar el libro del significado de los sueños de 10 pesos que en el Metro venden, ¡no! Si bien no somos psicólogos ni queremos jugarle al psicoanálisis, sí podemos intentar/hacer una asociación libre de ideas.

-¡Bah, por qué no lo hice!-

Verán:

Soñé, hace variooooos días, que estaba en un lugar muy oscuro. Algo como un bosque destruido, próximo a una carretera, había una casa vieja que creo pertenecía a algún familiar.

No sé a qué iba o igual andaba perdida en compañía de –lo denominaremos- Niño de ojos bonitos (no, no es Sujeto de… Ese ya es agua de otro molino). El escenario era como de caricatura: negro-azulado en noche de Jalogüin, un pedazo de luna asomado y un árbol pelón, puras ramas torcidas.

Niño de ojos bonitos estaba medio ebrio y cuando le abracé, para ayudarle a no caer, fueron inevitables los besos, hartos, más y muchos más sin impedir que otra hecho sucediera.

Entonces desperté y pensé “mmm, es sólo un sueño y eso nunca sucederá”. Y como dice mi amigo M “nunca digas nunca”.

En efecto, no debí pronunciar “nunca sucederá” porque del sueño, ya en la realidad, ante ese es ahora o nunca propuesto, ¿qué decir?… El mundo onírico saltó o ¿el conciente se rindió ante la inconciencia o al revés? Aah, ya no sé.

Freud, pa’la siguiente no ignoraré mis clases de Psicología aplicada a la comunicación.

sábado, 30 de enero de 2010

Los personajes oficinistas/oficiniles

Poco o más bien nada he hablado de las personitas con quienes trabajo: Don jefe, ‘las chicas’ –en realidad son gays–, el Pipipiii, Niño Nena –por delicadito y totalmente Armani–, Niño Bonito –también conocido como NB y pss por quien sentía cosas raras, Falcón, Niña Ejecutiva –también denominada Niña Animal– y Naza.

No sé por quién empezar, todos son interesantes (si necesitan testimonios de vida, acá hay, en serio). Al menos intento que lo sean, pues paso la mayor parte del día, qué digo del día, ¡de mi vida con ellos!

Empecemos (FX TRONAR DEDOS)… Y supongo que esto es una serie de entregas:

Don jefe: Es un buen sujeto, un niñote de 30 años. No por inmaduro, qué va. Es que sus expresiones y gestos cuando está estresado o sabe que la hemos regado es como la de un pequeño indefenso. Aunque de indefenso y desprotegido no tiene ni un pelo –jajajaja, realmente no tiene mucho cabello–.

No es guapo –lo adelanto para que no se emocionen¬–, aunque supongo que su altura (1.90) puede compensar la búsqueda del buen rostro.

Tiene pearcings, sí hartos. Ay, exageré, sólo cuatro y un tatuaje. Las argollitas están en sus pezones (aclaro: es un secreto a voces y una vez los toque con la guía de la Jefa jefa); otro, que no es precisamente un haro de metal sino una varilla enterrada, está a la altura de su muñeca, pero por arriba –sí, ni yo me entendí–, and finally… Oh, el último aretito está en … Sí, en su pene.

(Jefe: Sé que nunca leerás esto, y pss total si llegas, sé –espero– que no te enojes, digo, si ya lo sabe dios, que lo sepan algunos bloggers)

Es olvidadizo a más no poder –me molesta hacerla de secretaria–; regala buenos dramas piratas, da posada en su casa y en su cama (ojo: a otras personitas y a mí); tiene una perra llamada Lía que es escandalosísima y gracias a eso, la mamá de Don jefe se entera de que su hijo ¡tiene amigos, a pesar de la apariencia del “sin amigos” que se carga!

Cuando está ebrio me dice “Kary, filosofemos sobre la vida contigo puedo hacerlo…” y yo con cara de “me caes tan bien, pero no soy Simone de Beauvoir”; de pronto soy el confesionario no sólo de él sino de todos.

¡Aah, chicas, Don Jefe jala diario! Es decir va al gimnasio; tiene cierto fanatismo por la cultura alemana, sin rayar en lo nazi; es asiduo –¿empleé bien el término?– a la música electrónica; no le gusta que le tomen fotos y bebe güisqui, mucho.

Anécdota con Don Jefe (DJ):

Jueves 24 de... Oficina.

– DJ: ¿Cómo sigues, Kary? ¿te sientes mejor?
– K (con expresión ‘¿de qué hablas?’): Pues bien, DJ… Me quedé – y él interrumpió.
– DJ: ¡Tú no estás enferma, vienes cruda!
– K: Sí, yo te llamé y dije que estaba ebria no que estaba enferma que me dieras chance de llegar a las 11, que sí llegaba sólo que necesitaba un rato.
– DJ: ¡Ooooh! Te entendí “estoy enfermita”. ¿Y qué tal, Kary?
– K: ¿Qué? –DJ sonrió con expresión de obviedad– Aaah, pues bien. La verdad es que no recuerdo mucho, dice que me la pasé hablando como tres horas en inglés. No recuerdo, así que no me arrepiento y me siento bien…
– DJ: ¡Vientos, Kary, esas son las mejores pedas!
– K: ¿Síííí?
– DJ: Sí

No tiene novia, y quiere romancear, pero hace todoooo lo contrario. Cuenta con una pseudoamiga y aunque a mí qué rayos debe de importarme, no me late para él y se lo he dicho, porque a pesar de que se ponga una coraza quesque para que no lo lastimen ni enamorarse, es un buen tipo el grandote.

Anda en búsqueda de una mujer que no sea materialista, que posea libertad sexual –ajá: tríos, swingers y demás cuestiones sexosas así–, inteligente, con mucha muchísima personalidad o sea tetas grandez; las estatura es lo de menos –sus novias han sido petite–, que no sea mal hablada ni controladora. No lo estoy ofertando, ja, si así fuera solicitaría comisión, es una mera descripción.

En fin, como decía mi querido profe Juan “cada quien su diván”.



los personajes continuarán…

jueves, 21 de enero de 2010

Hoy no quiero ponerle título

¿Regresar o no? ¿Desaparecer este espacio o continuarlo? Me he cuestionado esto desde hace siete meses.

Es que, la verdad, cuando no tienes acceso a internet en el trabajo, lo último en que piensas –al menos yo– es llegar a casa y postear.

Hoy depuraba mi carpeta laboral y encontré ‘retacitos’de buenas intenciones que quería dejar acá… En fin, también me movió el gusano, de no abandonar este lugar, el reencuentro con famosísimo bloguero.

Ajá, resulta que el miércoles vi al Ganso en la glorieta de Insurgentes. Trabajamos cerca y pues total, hacemos de año y medio que no nos veíamos, fuimos por un chocolate y un capuchino mientras hacíamos un recuento de la mala racha laboral y los amores fallidos, ¡aaarg!

El Ganso preguntó que por qué de plano ya no escribo y le dije que mis letras reflejan mi estado de ánimo, que como a veces estoy emo, pues mejor no y él dijo que no importa, los mejores posts a veces se escriben así.

Ya pronto vendrán más novedades, mientras uno de los tantos retazos que se me ocurrió cuando no corrijo las líneas que ya he memorizado “Sutanito tal, al que pertenece el código de cliente (…)”.


BUEN FIN DE SEMANA




Deja vu

Pensó: ‘Esto ya lo viví antes, esto ya lo había pasado’ y tuvo la sensación de que la escena se repetía aunque con un personaje distinto –mientras en el fondo de la taza la cajeta le daba sabor y aroma deliciosos a su capuccino– hace ya tiempo.

No le gusta la lluvia, qué fastidio los zapatos húmedos y el cabello al natural. Por eso y otras razones, prefiere el calor. Pero este fin de semana le tocó lluvia, cantos de Hare Krishnas y la alarma/sirena de los bomberos cuando conversaba con él (un extraño en gustos, aficiones y preferencias tan sui generis y sofisticadas) en un local del centro histórico.

‘¡Qué interesante y agradable!’,’soy prácticamente una desconocida, por qué me lo dice’, ‘ahora entiendo y no eres raro, sólo diferente’, concluía al escuchar el sin fin de anécdotas de él, aunque en su mente seguía la repetición constante ‘Esto ya lo viví antes, esto ya lo había pasado’, ¿en dónde, en dónde rayos y con quién?

Se miraban con atención, aunque a veces las miradas se desviaban a las esferas plateadas que colgaban del techo.

– ¡Qué esfuerzo y flojera colocar todas! Hubiera contrastado más con la pared su fueran rojas– dijo ella.
– ¡Sí, claro con escarcha y luces ya para navidad! – aunque absurda la sugerencia y con sarcasmo, ambos rieron.

Continuó el interrogatorio, las conversaciones… Tres meses más: música, libros, el perro, la nostalgia; sin café.

Sobrevino la confusión: la convivencia, quizá se gusten, harían linda pareja –pero él tiene novia–, no es normal cómo se miran y tocan. Al calor de las copas un beso, después la distancia, la indiferencia. Sucede.

Reconciliación

Más besos, lo inesperado y la cruda moral de él que ella al mirarla con frialdad, pensó “es tu problema, no mío” y le dijo “No sé qué decir… Pero, bueno tan amigos como siempre. Me quedo con lo bonito que durante estos meses aprendí; estoy conciente de qué pasó. Nunca pensé que sucedería (…).”

FIN

viernes, 28 de agosto de 2009

De cómo mandar a volar pretendientes



Una forma muy diplomática y sutil de advertirle a alguien que no aspire ni tenga expectativas de trascender contigo, es decir, una relación de niño-niña hombre-mujer, noviecitos y por qué no hasta free, es argumentar lo siguiente aunque no te pregunten qué onda o tú preguntes sobre el/la susodicho(a):

– En este momento estoy bien con mi novio(a). No sé que vaya a pasar, pero por ahora sí estoy conforme.

No importa en qué momento tampoco si hablas del trabajo o de tu perro. Por eso llamémosle un estilo muy fino y hábil de mandar a la chingada a quien te tire-le tires la onda.

¡Pluuup! Y con énfasis en el por ahora, más claro que el agua, imposible. Entonces, como a todo en esta vida hay que encontrarle sentido práctico y de acuerdo con el sensei, di: NEXT.

Sólo hay que estar más alerta. No ir como caballo desbocado, pero ante todo –cito unas líneas extraídas de Sputnik, mi amor del japonés Haruki Murakami (¡¡lo amo!!) –: “No tener ideas preconcebidas, sino aguzar el oído con una disposición honesta, amoldándote a las circunstancias, manteniendo la mente y el corazón siempre abiertos a lo que venga”.

Esto es útil y aplicable pa’todo ¿o no?
*No sé si haya relación entre la rola y lo escrito, me parece que sí. al final no deja de atraernos el bateador.

martes, 25 de agosto de 2009

Estar

¿Por qué estás conmigo?

¿Cuántas veces les han hecho esa pregunta o cuántas veces la han hecho? Quien la hace ¿qué intenta saber, descubrir o conocer?

Hace un par de semanas me lo preguntaron en dos ocasiones. Honestamente no supe qué contestar. Más bien, en la mente tenía toda una maraña de ideas y contradicciones: porque te quiero, porque me gustas, porque te admiro, por costumbre, porque descubro siempre algo nuevo en ti, contigo, sin ti, porque me conozco, porque… ¡Ay no sé. Estoy y ya!, y si no estuviera o me fuera, igual me preguntaría(s) por qué.

Responder no es difícil, aunque es más fácil quedarse callado(a). Quise que mi respuesta fuera espontánea y honesta sin tanto argumento vago. La pensé, la pensé y la pensé, aunque lo admito, me fui por el camino fácil.

Sucede que, a veces, uno se harta de explicar; ¡para qué tanto bla bla bla! Pero ¿el que calla otorga? Y todavía me pregunto qué quiere decir el silencio. Porque no es negación ni afirmación ¿es acaso un punto medio? Y si es ¿cómo es que estás a medias con alguien? De que se puede, ¡se puede! Entonces si no respondes, regresas la cuestión: ¿y tú, por qué estás conmigo?

Una de las cosas que el tiempo y la experiencia me han enseñado –¡qué anciana me leo!– es: disfrutar el estar en algún lugar con una o varias personas y sí, las miles de preguntas vienen después, ¡pero no en ese momento que es único (porque obviamente no habrá siquiera otro semejante)!; que si luego la estancia/presencia de alguien te hace ruido, pues ya es tu asunto.

Ya pasaron varios días y aunque no es una pregunta que me quite el sueño. Sinceramente, lo confieso, aún no sé qué decir (tengo miedo, tengo miedooo). Prefiero que todo fluya. Tengo respuestas concretas a otras incógnitas de mi vida –jajaja – y no para ésta, bah. Es normal –a mi edad–, pues pensaba que era algo parecido a un espécimen disipado – ¡oooh! – en las dudas existenciales o un ente en una realidad no labrada.



Y sigo, pensando en ¿por qué estoy contigo?




** Querido Blog, perdóname por no estar contigo. Sí, porque contigo no estoy debido a que en mi trabajito la ‘incomunicación’ es normal. Tengo correo e intranet, no more. No obstante, me dedico a pensar y medio escribir qué puedo dejar aquí.